- Circulo de Estudios Tercerposicionistas: El fascismo de izquierdas
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miércoles, 4 de mayo de 2016

El fascismo de izquierdas

1. Sorprendentes coincidencias

El fascismo histórico albergaba en sus filas a antiguos militantes de extrema izquierda; el mismo Mussolini había sido un antiguo líder socialista y varios de los más directos colaboradores de Hitler militaron en el K D.P. o en la socialdemocracia. Es típico oír relatos de la época de conquista del poder por los nazis cuando después de cada mitin algunos comunistas rompían su carnet y se afiliaban al N.S.D.A.P. También es típico el caso de la huelga general de transportes en Berlín organizada en común por el doctor Goebbels mano a mano con Walter Ulbricht. Antiguos comunistas en las españolas J.O.N.S.; Jacques Doriot, líder de la Internacional comunista, alcalde de Saint Denis y fundador del Partido Popular Francés, la muestra más elaborada del fascismo galo; incluso en la misma Francia, Pierre Clementi fundó un llamado Partido Nacional Comunista Francés y los nazis chilenos, una vez fracasado su intento de tomar el poder por la vía armada, concluyen un pacto con socialistas y comunistas incluyéndose dentro de un Frente Popular; en fin, miembros de la extrema-derecha francesa y del neo-fascismo italiano compartieron las barricadas de la calle Gay-Lussac unos y defendieron las mismas Facultades otros, junto a sus tradicionales enemigos los anarco-maoístas durante los estallidos revolucionarios de mayo del 68. Todos estos casos y otros muchos que podríamos citar casi hasta el infinito nos muestran un hecho a primera vista sorprendente: el de la insospechada comunicabilidad entre extrema-derecha y extrema-izquierda. Los datos históricos incontrovertibles están ahí. No se trata ni de enmascaramientos, ni de provocaciones de unos contra otros, sino de, en la mayoría de los casos, románticas colaboraciones e interrelaciones entre gentes sumidas en universos semejantes.

En efecto, podemos extremar nuestro análisis, llevarlo desde el marco psicológico hasta el puramente historicista e ideológico, para advertir que el tipo humano que milita en movimientos extremistas de ambos bandos es radicalmente parecido, manteniendo, al mismo tiempo, una radical diferencia y trabajando encuadrado en unas coordenadas ideológicas absolutamente opuestas en su fondo, pero similares en su planteamiento a nivel de práctica política; su ética, en ambos casos, es muy parecida.

Podríamos recordar simplemente un hecho cuya comprobación tenemos al alcance de la mano: preguntad a cualquier extremista de derechas hispano hacia qué organización política mantiene más simpatías, después de la suya por supuesto; un 90 %, quizá más, contestarán que por la CNT anarcosindicalista. De la misma forma que cualquier ex-combatiente del bando nacional hablará de los cenetistas como de los mejores combatientes republicanos aun cuando no hay duda de que eran ellos los que protagonizaron los máximos episodios de violencia antifascista. Incluso se da el hecho de que parte de los cuadros catalanes actuales de la CNT proceden curiosamente de Falange Española, concretamente de la «Guardia de Franco».

Concretemos, pues, estas dos tesis:

1.° Los militantes de extrema-izquierda y los neo-fascistas poseen una psicología común a ambos.

2.° Ciertos rasgos y planteamientos ideológicos y estratégicos son muy similares tanto en uno como en otro bando.

Más todavía, estas dos características tienden a acentuarse cuando se trata del neo-fascismo y de la Nueva Izquierda contestataria. Enunciadas las tesis se trata ahora de presentar las argumentaciones adecuadas para demostrarlas suficientemente. Vamos a por ello.

2. La común «lucha contra el sistema»

Un neo-fascista integral que se precie hablará siempre de combatir al «Sistema», no a uno u otro tipo de Estado, no a una u otra concepción particular del mundo o de la economía, ni a esta o aquella tesis cultural, sino ante todo y sobre todo «al Sistema» entendido éste como el conjunto de infraestructuras y superestructuras que componen la totalidad de caracteres de una sociedad. Se trata, pues, de una lucha integral que debe darse, no solamente sobre el plano político, con un cambio estructural, ni tampoco sobre el terreno cultural exclusivamente o en el de la enseñanza, sino que debe ser un cambio íntegro; sustituir, en definitiva, un sistema por otro, un estilo de vida por otro: de un orden viejo a un orden nuevo.

Asimismo, un anarquista hablará casi exclusivamente de revolución social, pero el concepto que él tiene de ella engloba dentro de sí a un cambio en la mentalidad de las colectividades, una revolución cultural, una nueva ordenación de las relaciones producción-consumo, etc., de tal forma que preguntar a un anarquista si está «contra el Sistema» es esperar ya de antemano una afir-mación. Similar característica podemos encontrar también en un maoísta y en ciertas sectas trotskystas.

Sólo existe una diferencia que ya Mussolini anotó en uno de sus primeros discursos cuando le quedaba un cierto resabio de sus glorias socialistas: «Tanto vosotros como nosotros estamos contra el gran capital y la explotación, contra la demagogia y los partidos burgueses, por un Estado fuerte, pero vosotros llegáis a él por la vía de la lucha de clases, nosotros por la comprensión del fenómeno de la Patria». Esta cita, retórica como todas las de Mussolini, da a entender muchas cosas, la más importante sin duda que las izquierdas radicales combaten al Sistema en nombre de la «revolución proletaria» y la lucha de clases, mientras que los extremistas de derecha lo hacen enarbolando la bandera de la Patria, de la Tradición y del Orden Nuevo en tanto en cuanto que ese Sistema ha barrido la noción de Tradición tal y como ellos la entienden, ha transformado la Patria en una noción muerta y como consecuencia de esto no existe un Orden, sino un caos.

Extraído por CET de: "La ofensiva neo-fascista". 

1 comentario:

  1. Una muy inteligente y buena labor sería hacer comprender a los militantes de los dos extremos que la cosa ha cambiado, que nos enfrentamos a la más elaborada maquinaria de control que ha existido y por lo tanto, que urge un diálogo y entendimiento para derribar entre todos la construcción diabólica en que nos han encerrado para sacarnos todo el jugo posible.

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